Cómo transmitieron la llegada del Apolo 11 a la Luna con tecnología de 1969

La llegada del hombre a la Luna, el 20 de julio de 1969, logró ser un evento trascendental gracias a la televisión, ya que para ese entonces, casi todos los países desarrollados del mundo ya tenían televisión, y esa masificación global hizo que fuera el primer evento masivo, visto por más de 600 millones de personas, la quinta parte de la población mundial en esos años.

Foto de Michael Collins del módulo lunar descendiendo

Al mismo tiempo, la carrera por llegar a la Luna no era un asunto exclusivamente científico sino que también político y propagandístico. Los soviéticos ya habían logrado mandar el primer satéliteel primer hombre y la primera mujer al espacioy la primera nave no tripulada a la Luna, y en plena guerra fría, y para los estadounidenses era obligatorio «ganarle» a los rusos y lo único que quedaba era ser los primeros en poner un hombre en la Luna, y mostrarlo a todo el mundo como demostración de superioridad científica por sobre los soviéticos.

Pero transmitir en tiempo real la travesía con audio y video, y a todo el mundo, era otra gran hazaña para la tecnología de esa época. Otra batalla interna fue la de lograr convencer a la NASA para que permitan transmitir la operación. La NASA se oponía a colocar cámaras de TV en sus misiones, porque no lo consideraban algo esencial y porque las cámaras de la época sumaba mucho peso y espacio en una pequeña cápsula espacial que podría aprovecharse para  instalar instrumentos científicos más importantes.

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De hecho, finalmente decidieron permitir las cámaras dentro de la nave solamente para dejar un registro para la posteridad de cómo los Estados Unidos le ganaron la carrera a la Unión Soviética, y mostrarle también a los ciudadanos norteamericanos el resultado de sus impuestos…

Antenas en Estados Unidos, Australia y España

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Para tener cobertura completa de comunicaciones con la misión Apolo 11, la NASA implementó una red de transmisión con tres antenas de 26 metros de diámetro puestas de forma equidistante alrededor de la Tierra en Goldstone, CaliforniaHoneysuckle Creek, Canberra, Australia; y Fresnedillas de la Oliva, Madrid, España. Y aunque las tres fueron imprescindibles para el éxito de la misión, la estación de Australia fue la que recibió y retransmitió las imágenes televisadas que recorrieron el mundo.

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El día de la misión del Apolo 11 la estación alcanzó a transmitir los primeros 8 minutos de la hazaña hasta que la NASA se cambió al Radiotelecopio Parkes, a 300 kilómetros de distancia, porque estaba recibiendo una mejor señal durante las siguientes dos horas y media de transmisión, en las cuáles el radiotelescopio sufrió vientos de 100 kilómetros por hora que si bien no amenazaron a la antena, sí causó preocupación entre el equipo técnico (aunque siempre con la tranquilidad de que en caso de una emergencia podían volver a retomar la señal de la estación de Honeysuckle Creek).

Como curiosidad de esta colaboración multinacional para ver al hombre caminar por primera vez en la Luna, es interesante por ejemplo que para reclutar al equipo de España se recurrió simplemente a anuncios en la prensa, porque no había gente especializada en temas espaciales, por lo que sólo requerían como factor excluyente que supieran hablar inglés.

Y quienes quieran conocer el lado australiano de esta historia, pueden buscar la comedia «The Dish», donde se retratan los hechos reales mezclados con algunas situaciones inventadas para amenizar el relato.