El coche autónomo de Google, todavía no es tan genial
Este año se elevaron demasiado las expectativas sobre el futuro de los automóviles gracias al propotipo de conducción autónoma de Google, que demostró ser uno de los primeros pioneros. Pero no es más que eso, un prototipo.
Pueden llevarte a pasear por una ruta predeterminada, se detienen cuando detectan un peatón, detectan y obedecen a los semáforos, pero todavía son muchas «las cosas que no saben hacer» y que podrían tardar unos cuantos años en «aprender» a hacer bien. Veamos…
Los vehículos de Google ya recorrieron 1,12 millones de kilómetros con su tecnología autónoma. Pero hay muchas situaciones que los convierten en un vehículo aún no tan inteligente.
Para empezar, los autos de Google no pueden conducirse sobre la nieve ni bajo una lluvia intensa, no son capaces de estacionarse y requieren una preparación minuciosa para todo el recorrido antes de salir. Un auto de Google no podría decidir ante un desvío en caso de accidente o si encuentra cambios imprevistos en la señalética de las calles.
Además, esta tecnología aún no puede diferenciar un estacionamiento de varios niveles, lo cual limita los espacios adonde poder ingresar con el vehículo.
En cuanto a obstáculos, estos autos detectan a los peatones por su forma y movimiento, pero no distingue un civil de un oficial de policía controlando el tránsito. Tampoco puede diferenciar una piedra de un papel, ni tampoco pueden detectar baches o una alcantarilla destapada.
Chris Urmson, director del equipo de Google, fue quien dio a conocer esta lista de cosas que sus autos aún no pueden realizar, y los plantea como el próximo reto que tiene la compañía en los próximos 5 años.