La Vía Láctea real es parte de nuevo videojuego
Sólo en nuestra galaxia, la Via Lactea, podrían existir 400.000 millones de sistemas solares. Y ahora todos ellos son parte de Elite: dangerous (ED), un videojuego de exploración y colonización espacial donde se pueden recorrer las maravillas de la Vía Láctea.
ED es un proyecto publicado en Kickstarter y, su autor David Braben, ha utilizado información real para construirlo. En una entrevista con la revista New Yorker relató que “cada estrella en el cielo nocturno del juego existe realmente. Para cada estrella simulamos todo el modelo de su sistema solar, no sólo la composición química de los planetas, sino también sus órbitas, si ha habido colisiones entre sus planetas y los efectos derivados”.
En este juego ED podremos ver 160.000 estrellas recreadas con complejos modelos matemáticos. Algunas de ellas son invisibles incluso usando el telescopio espacial Hubble. Todas estas estrellas y los planetas que las rodean, así como los sistemas solares que las contienen se pueden visitar en el juego. Las distancias entre objetos celestes también son reales, por lo que aún utilizando naves espaciales con poderosa tecnología para atravesar millones de años luz, el avance en el juego dependerá de las ganas de vivir aventuras del usuario, colonizando nuevos planetas, combatiendo razas aliens e intercambiando mercancías con otros mundos.
Juegos de simulación como ED son un placer para fanáticos del espacio y los videojuegos, pero también para los científicos, porque las simulaciones juegan un papel fundamental en la astronomía y la astrofísica al permitir disponer de un entorno de prueba y error acerca del tamaño del universo en sí.
También en New Yorker Andrew Kuh, director del programa de vuelos espaciales y microgravedad de la Agencia Espacial del Reino Unido, las simulaciones por ordenador basadas en datos astronómicos reales “sirven, incluso, para definir nuevas misiones en el espacio”.
Elite: dangerous puede comprarse en su sitio web por USD $59,99 (49,99 euros), aunque aún no está completo, sino que es un trabajo en progreso.
