Facebook compró al fabricante de Oculus Rift por 2 mil millones de dólares
Cuando las actuales tecnologías de videojuegos empiecen a tocar techo en cuanto a potencial técnico y calidad hiperrealista de imagen, el salto lógico será hacia la realidad virtual. Los gamers los esperan, y empresas como Oculus Rift y Facebook ya lo saben.
Oculus Rift es un producto de Oculus VR, una startup fundada por Palmer Luckey que mediante la financiación colectiva de Kickstarter, logró conseguir los fondos para iniciar la producción de un casco de realidad virtual bastante prometedor, ya que tiene la capacidad tecnológica de transportarnos a mundos virtuales sensorialmente, gracias a que incluye pantallas curvas de gran calidad, combinadas con gráficos de muy alta velocidad y fidelidad, tanto como para hacernos creer, realmente, que estamos en otro mundo.
La tecnología que usan es tan sorprendente, que el mítico John Carmack, fundador de id Software, empresa sinónimo de juegos como Doom y Quake entre otros, terminó dejando su puesto en id, abandonó su compañía, para ir a trabajar como jefe de tecnologías en Oculus.
Oculus Rift promete lanzarse al mercado a fines de este año, y son muchas las expectativas puestas en este producto, que podría revolucionar no sólo el mundo de los videojuegos, sino la manera de interactuar con sistemas informáticos. Y son tantas las expectativas, que Mark Zuckerberg desde Facebook decidió comprar a Oculus VR, por la «módica» suma de 2.000 millones de dólares.
Si bien no abrieron tanto la billetera como cuando adquirieron WhatsApp en febrero pasado por 19.000 millones de dólares, no está nada mal para una startup.
Al igual que con el caso WhatsApp, Zuckerberg salió a aclarar que Oculus VR seguirá operando de manera independiente. Lo único que cambiará será que al ser parte de Facebook, podrán invertir más en desarrollo y así conseguir más aliados en las productoras de videojuegos. Y de hecho ya cuentan con Valve, que son palabras mayores.
Esperemos que así sea y que realmente logren un producto que esté a la altura de las expectativas. Y tal vez, sólo tal vez, estaremos presenciando el nacimiento de una nueva industria.